¿QUIÉN ERA “FORTUNA”, EL TORERO DE LA GRAN VÍA?
Todo el mundo sabe que el día 23 de enero de 1928 era fiesta, los balcones y las ventanas de Madrid estaban adornados por colgaduras, banderas y mantones, hacía frío y a las 11 horas el matador “Fortuna” inauguró la temporada taurina en la Gran Vía de Madrid.
Foto: Luque. Granvia.memoriademadrid.es Diego Mazquiarán "Fortuna" (señalado por un aspa) junto al toro muerto, en la Gran Vía de Madrid. |
La pareja compuesta por un toro y una vaca, propiedad del ganadero Luis Hernández, pertenecían a una punta de ganado que tras pasar por la Inspección Sanitaria de la carretera de Extremadura, se dirigía al matadero. A la altura del paseo de la Virgen del Puerto ambos escaparon de la manada y corrieron por la cuesta de San Vicente, plaza de España, calle de los Reyes, Corredera baja de San Pablo y calle de Valverde hasta llegar a la Gran Vía, hiriendo gravemente a dos ancianos, a un ordenanza de la comisaría del Hospicio y arrollando cuantos obstáculos encontraban en su camino.
Foto: Granvia.memoriademadrid.es El toro aparece por la esquina de la calle del Clavel entrando en la Gran Vía. |
Foto: M.R. Giménez (2012) Foto actual de la esquina de la calle del Clavel con la Gran Vía. A la izquierda, la puerta y el edificio del Casino Militar. |
La vaca fue pronto inmovilizada gracias a una soga que llevaba atada en el cuello, pero el toro prosiguió su camino por la acera derecha de Conde de Peñalver (Gran Vía), patinando entre los baldosines, hasta que se encontró de frente con el diestro Diego Mazquiarán “Fortuna” que, utilizando su entallado abrigo como muleta, lidio a la vez con el toro y contra algunos jóvenes que consideraron la ocasión propicia para ensayar sus propios lances.
Al grito de ¡Traedme un estoque! le fue entregada al torero una espada demasiado endeble para la faena, procedente del cercano Casino Militar. Pero un chofer se prestó para ir a casa del maestro, situada en el número 40 de la calle de Valverde, a por sus trastos de matar. Quince minutos duró la faena del diestro mientras los espectadores pasaban del sobresalto al entusiasmo por ver una corrida de toros en lugar tan atípico. “Fortuna”, maestro del volapié, igualó al toro y clavó tres cuartos de su estoque sobre la res que malherida, emprendió una precipitada carrera que fue perseguida por su oponente hasta realizar su descabello.
Foto: Campúa. Granvia.memoriademadrid.es "Fortuna" entra a matar. |
Foto: M.R.Giménez (2012) Lugar donde se produjo "la corrida" de la Gran Vía. |
“Fortuna” fue aplaudidísimo y vitoreado desde balcones, ventanas y aceras. Las dependientas de una cercana casa de modas le pidieron que cortase una oreja al toro; a continuación fue levantado en vilo por la gente y paseado triunfalmente por las calles, hasta el café Regina de la calle de Alcalá.
Diego Mazquiarán Torrontegui “Fortuna”, había nacido en Sestao (Vizcaya) en 1895 y a los quince años empezó ensayándose, en calidad de espontaneo, en varias corridas de Bilbao, rematando estas faenas en la cárcel.
Con su amigo y compañero Tomás Gutiérrez, viajaba en busca de su oportunidad en los topes o sobre los techos de los trenes, comiendo lo que encontraban y ¡pasándolas ducas!. Fue precisamente en la estación de Valladolid, al dirigirse a Sevilla, cuando al tirarse a la vía para cambiar de tren ninguno de los dos vio venir a otro que circulaba en dirección contraria; Tomás cayó bajo las ruedas del convoy mientras Diego era empujado fuera de la vía por la máquina, resultando ileso en el terrible accidente. Alguien, de entre los que presenciaron el suceso, apodó al muchacho “Fortuna” por su buena suerte y este fue su alias desde entonces.
Usando mucho la mano izquierda en sus faenas, que siempre inaugura con naturales, entra con el estoque “sin paso atrás” dejándose caer según usanza clásica de buenos matadores. Así comienza su carrera como novillero en la ya desaparecida plaza de Tetuán (Madrid) en el año 1914, firmando seis corridas al precio de 50 pesetas, cada una.
Su fama iba en ascenso y los contratos se multiplicaban haciendo elevar la cotización de sus corridas, a la vez que su carácter pendenciero; así en julio de 1915 es detenido por emprender a capotazos y mamporros con una mujer, en la calle Santa Isabel de Madrid.
“Fortuna” toma la alternativa, tras una fulgurante carrera como novillero, el 17 de septiembre de 1916 de manos de Rafael Sánchez “El Gallo”. En los carteles aparece junto a “Joselito”, “Belmonte” e “Ignacio Sánchez Mejías”, entre otros afamados toreros. No fuma ni bebe ni juega ni es supersticioso, pero sí le gustan las mujeres demasiado y gasta todo lo que gana. Su carrera está jalonada de cogidas graves, corridas en América y más detenciones por agresión en la vía pública.
En noviembre del año 1923 Diego Mazquiarán se casa con la distinguida señorita Anita Segovia, mientras el mismo periódico que informa de esta crónica solicita, en noticia adjunta, “madrinas de guerra” para los soldados que se encuentran prestando servicio en la Guerra de África, con objeto de mantener correspondencia.
Ya en el año 1927 la carrera de “Fortuna” va decayendo, a la vez que sus disputas con diversas personas siguen en aumento; así en noviembre de ese mismo año, pocos meses antes de su heroica gesta en la Gran Vía, es detenido y acusado por escándalo en la vía pública y desobediencia a la autoridad. Pero llega el 23 de enero de 1928 y es convertido en el héroe de la Gran Vía, por lo que recibe la Cruz de Beneficencia de manos del diestro Nicanor Villalta en la corrida de la Asociación de la Prensa, donde además de torear cortó una oreja.
Corría el mes de marzo de 1933 cuando Diego Mazquiarán tuvo un acceso nervioso cuando caminaba por la calle de Valverde de Madrid, ocasionando un formidable escándalo hasta que fue reducido por unos guardias y llevado a la Casa de socorro del distrito. A partir de esta fecha fue ingresado en diversas clínicas especializadas debido a un problema que, por lo que parece, acarreó durante toda su vida hasta que el día 2 de Junio de 1940, fallece en la ciudad de Lima (Perú) víctima de una grave enfermedad mental.
Fuentes:
Hemeroteca B.N.E.
Hemeroteca ABC.
Que maravillosas historias y que bien contadas. Yo sabía que esto había ocurrido en la Gran Vía, pero no el lugar en concreto ni que hubiesen organizada una espontanea corrida en medio de la calle.
ResponderEliminarUn beso. Sigue así.
Sí, fue una corrida de largo recorrido por Madrid. Un beso, David y gracias.
Eliminarhay que ver la cantidad de historías de este mi Madrid de mis amores
ResponderEliminarConocía un poco la historía de este toro "escapado", pero no con tanto detalle como lo has contado.
EliminarGracias por pasarte por mi blog, seguiré leyendo tus historias.
http://conocemadrid.blogspot.com.es/
Un saludo
Gracias Angela, me alegro de que te gustase la historia del Fortuna y su toro sin nombre. También seguiré pasando por tu blog.
ResponderEliminarSi tienes twitter, mi dirección es _antiguoscafes
Un abrazo.
El toro se llamaba Ángelo.
EliminarMuchas gracias por el interesante dato que aportas.
EliminarTe invito a conocer y a seguir nuestro canal de YouTube de los Antiguos Cafés de Madrid, que también cuenta la historia de nuestra ciudad. Su dirección: https://www.youtube.com/channel/UCCmQb2UTq-TNbf8Y8n7n6_w
Seguro que te gustará. Gracias y un saludo.
¡Espléndido artículo! Mil gracias, escribe usted muy bien y sabe de toros. Gastón Ramírez Cuevas.
ResponderEliminarGastón, eres muy amable por su comentario y me alegro de que te guste tanto este artículo. Un saludo.
ResponderEliminarMuy bueno el artículo,, no conocia la historia, y eso que soy de sestao y toda la vida había visto la placa en la casa donde nació, junto a la estación del tren.
ResponderEliminarGracias por la información :-)
En ocasiones sucede que, al pasar deprisa y muchas veces junto a un lugar que se conoce bien, no se repara en la historia o curiosidades que tiene.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y, si fuera posible, me gustaría que me enviases una fotografía de la placa y de la casa de "Fortuna".
Un saludo cordial.
Como madrileño y aficionado, hijo de madrileño y aficionado, conocí este suceso desde mozo y pasé muchas veces por los sitios que recorrió el morlaco de marras. Hubo un periodista de Bilbao (donde ahora resido) apodado "Desperdicios" que narró muy requetebien este lance. Soy torpe en cuedstiones informáticas, pero puedee que algún lector recupere el artículo en cuestión y lo reproduzca pues, si la memoria no me falla, era una joya. Saludos a todos.
ResponderEliminarSi encontramos el artículo al que haces referencia, aquí lo pondremos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Un saludo.
Lo acabo de leer en "Madrid oculto" , de marco Besas.
ResponderEliminarBuenas tardes, José Ramón:
ResponderEliminarQuería, en primer lugar, darte las gracias por tu comentario.
El artículo que escribí en el blog, en el año 2012, cuenta una historia por muchos conocida y citada en varias publicaciones. Cada uno de los autores que escribimos sobre ello, hemos aportado la información que fuimos encontrando (en mi caso, consultando la prensa antigua de distintas hemerotecas) hasta conocer el mayor número de datos posibles, para saber cómo fue aquel suceso.
El problema viene cuando un escritor se arroja la autoría de un texto, habiéndolo copiado de otro y sin hacer mención a la fuente de donde sacó los datos cosa que, es de suponer, no ha sucedido con el escrito al que haces referencia. ¿No es así?.
Un fuerte saludo y repito las gracias por tu atención.
Te he contestado en el correo electrónico.Copio:
ResponderEliminarLos datos expuestos son conocidos. Las referencias las pongo entre comillas, para determinar de dónde he sacado la fuente, como es el caso de Martín Olmos en El Correo (8/2/15). En efecto, sigo con atención tus trabajos en "Antiguos cafés de Madrid". El otro día compré en Collado Villalba dos libros sobre "Madrid oculto", de Marco& Peter Besas, donde en el tomo I hace referencia a Fortuna en las páginas 252-256 y que titula "Un toro anda suelto por la Gran Vía", donde aparecen dos fotos: una con el toro ya muerto y otra igual a la que yo adjunto. De ese libro no he tomado ni una línea.Me pareció más interesante lo contado en El Correo, que entrecomillo. Cosa distinta es que los datos conocidos sean los que son: fecha de nacimiento, día del suceso en la Gran Vía, su toma de alternativa, su muerte en el Perú, etcétera, conocidos por todos.
Queda a su entera disposición, José Ramón MIRANDA