CAFÉ EL GATO NEGRO.
En la calle del Príncipe, número 14 y junto al teatro de la Comedia (1875), estuvo el café más modernista de Madrid: El Gato Negro.
Fuente: Urbanity.es Café El Gato Negro (1907) |
El Gato Negro era un café simpático, siempre lleno de público hasta que comenzaba la representación en el vecino teatro. Un timbre avisaba a la clientela del inicio de la función a la que se podía acceder a través de la puerta que comunicaba ambos locales, sin necesidad de salir a la calle.
Propiedad de Tirso Escudero, también empresario teatral, este negocio fue inaugurado el día 22 de octubre de 1907 como cervecería y café. Su estilo art nouveau, correspondiente a la segunda época de apogeo de dicho movimiento artístico en Madrid, fue encargado al arquitecto Ricardo Magdalena Gallifa, que contó con la colaboración de la Casa Mauméjean para las vidrieras y de la Casa Férriz para los muebles.
Una puerta giratoria daba acceso al local, que no poseía tanta luz natural como otros establecimientos ni techos demasiado altos, detalles que sin embargo lo convertían en un café más acogedor y cordial que muchos de los de su entorno.
Fuente: ABC Interior del café El Gato Negro (1907). En la pared se ven los gatos pintados por Enrique Marín. |
Divanes de color rojo, columnas y gatos negros pintados en diversas actitudes sobre paredes y techo por Enrique Marín (pintor que también hacía jeroglíficos para periódicos y revistas), completaban la decoración interior.
Como todos los cafés El Gato Negro también organizaba conciertos cada noche, hasta que debieron imponerse las tertulias. La más afamada de ellas tuvo lugar entre los años 1909 y 1910 formada, entre muchos otros, por Ramón José Simón Valle Peña (Valle-Inclán), Jacinto Benavente Martínez, Nilo Fabra Herrero, Santiago Rusiñol Prats, Ignacio Zuloaga Zabaleta, José Ortega y Gasset, el caricaturista Luis Bagaria y un joven Juan Ramón Jiménez Mantecón.
Fuente: Elpasajero.com Nilo Fabra aparece con una jarra en la mano junto a Jacinto Benavente. |
El día que se anunció la muerte de Rubén Darío en el café, Valle-Inclán, muy compungido por la pérdida del poeta al que tanto admiraba, se puso en pie y comenzó a recitar el “Responso a Verlaine”, en medio de un silencio absoluto:
Padre y maestro mágico, liróforo celeste
que al instrumento olímpico y a la siringa agreste
diste tu acento encantador;
¡Pánida! Pan tú mismo, que coros condujiste
hacia el propíleo sacro que amaba tu alma triste,
¡al son del sistro y del tambor!
(...)
Las diferencias entre Valle-Inclán y Benavente propiciaron que el Premio Nobel presidiera en solitario la tertulia, al fondo a mano izquierda, del café El Gato Negro. Formada en su mayoría por gentes del teatro, patrocinó anécdotas como la del año 1926 en que el maestro elogiaba el último libro de Valle-Inclán, mientras varios tertulianos objetaban. Uno de ellos comentó: “Pues, le advierto que don Ramón afirma que usted es un mal escritor”. A lo que Benavente contestó: “Puede que él y yo estemos equivocados”.
Así fue como el modernista café El Gato Negro continuó su historia, mientras servía los cafés con la leche de la Gran vaquería de Alfredo Fernández, de la Guindalera, que ordeñaba vacas especiales a la vista del público, para niños y enfermos.
Foto: M.R.Giménez (2012) Aspecto actual de lo que fue el café El Gato Negro. |
El día 4 de septiembre de 1956, el café anuncia su cierre y de ello hacen noticia todos los periódicos de Madrid.
Fuentes:
Hemeroteca ABC
Hemeroteca B.N.E.
“El modernismo en la arquitectura madrileña: génesis y desarrollo de una opción ecléctica” Oscar Da Rocha Aranda.
Elpasajero.com
Urbanity.es
La más sincera gratitud al actor Miguel Ariza Santana por su afabilidad, cariño y asombrosa memoria.
¿Qué bonito café! En cuestión de diseño hemos ido a menos. Hermoso reportaje.
ResponderEliminarTienes razón, Carlos. El modernismo madrileño creó preciosidades que hoy han desaparecido o se pasan por alto.
ResponderEliminarUn beso.
Estoy leyendo un libro donde hace referencia a ese café continuamente. Me ha dado por curiosear y he encontrado esta entrada en tu blog.
ResponderEliminarMe ha encantado y me he trasladado allí, a esas tertulias.... muy interesante.
Gracias
Muchas gracias a ti por contarlo. Es fascinante entrar a los lugares imaginados y ponerles forma real ¿verdad?
ResponderEliminarTe recomiendo que visites los vídeos de YouTube del canal de los "Antiguos Cafés de Madrid" porque seguro que también encontrarás sitios de los que se habla en los libros. ¿Querrás suscribirte y no perderte nada de lo que va a salir?
Muchas gracias, y también por tu comentario.
¡Interesante artículo! Qué bueno es seguir conservando en la memoria estos lugares tan importantes para la producción y divulgación cultural en español. Un saludo.
ResponderEliminarEres muy amable.
ResponderEliminarLa memoria de esta ciudad de Madrid se pierde por momentos. Menos mal que somos muchos para rescatarla, y en ello estamos.
Un saludo,
La última foto, fechada en 2012, es de la calle Huertas, junto al Ateneo, no es Príncipe 14.
ResponderEliminarDisculpe, pero creo que se confunde. No es el Ateneo es el teatro de la Comedia.
EliminarSiento rectificarte, pero es la calle del Príncipe, número 14, junto al Teatro de la Comedia. Una de las puertas de este teatro es la que sale parcialmente en la foto.
ResponderEliminarAcabo de leer el artículo y me alegra enormemente que menciones al actor Miguel Ariza Santana, que era mi tío-abuelo hasta que tristemente nos dejara en el año 2016.
ResponderEliminarGrandes afortunados tod@s los que pudimos compartir algún rato con él.
Muchísimas gracias por su mención, un abrazo!
Eduardo, no sabes lo que me emociona tu comentario.
EliminarMiguel Ariza fue un gran amigo, una maravillosa persona, bueno y cariñoso. Dotado de una extraordinaria memoria, me relató muchas historias y llegó a hablarme de la tertulia de Jacinto Benavente en este café, a la que él había asistido.
Como homenaje a un hombre tan entrañable para mí puse esta pequeña mención en el blog, a la que te refieres.
Muchísimas gracias por tu amable comentario y decirte que sentí enormemente su pérdida en el año 2016 (los amigos le dimos un pequeño homenaje en su "rincón", a él dedicado, en el bar "La Taurina").
Un abrazo.
Muchas gracias por rescatar detalles tan bonitos sobre nuestra cultura. Me he sentido muy emocionada porqué a mi me trae muy buenos recuerdos sobre mi padre. El trabajó de gerente en el Teatro de la Comedia con las tres generaciones García-Escudero, padre, hijo y nieto. Evidentemente, mi padre me contó sobre la existencia del café y muchas anécdotas muy curiosas. Saludos
ResponderEliminarTeresa, agradecemos tu comentario y nos encantaría conocer esas anécdotas que citas. Es emocionante saber que lo que escribimos sirve para recordar a quienes hicieron posible la historia de Madrid.
EliminarTe invitamos a visitar y suscribirte a nuestro canal de vídeos en esta dirección:
http://www.youtube.com/antiguoscafesdemadrid
Todos son sobre la historia de nuestra ciudad y seguro que te gustarán.
Un afectuoso saludo.
Que pocos alcaldes han respetado Madrid , la de lugares que han desaparecido en nombre de un falso progreso saludos
ResponderEliminarLugares desaparecidos y que han caído en el olvido.
EliminarGracias por tu comentario y un saludo.
Hoy vuelvo a leer tu blog sobre el Café El Gato Negro, en relación al pintor Enrique Marín Sevilla, del cual en estos días estoy redactando el libro sobre su vida, si tuviera más datos sobre él y su obra, se lo agradeceríamos. Un abrazco con Café y mucho Arte.
ResponderEliminarPor el momento no hemos encontrado más información sobre Enrique Marín en nuestros archivos. Si localizamos algo, no dudes que te lo enviaremos.
EliminarBuen trabajo y rico café.
Qué interesante y necesario es este articulo, bueno, este y todo lo que publicáis. Madrid, ciudad desmemoriada, necesita que se le recuerde qué fue, quienes fueron, qué le dio prestancia.
ResponderEliminarGracias, gracias, gracias.
Es cierto que Madrid es una ciudad sin memoria histórica y sin el reconocimiento que merece.
EliminarTodo va deprisa, pero no es motivo para desconocer lo que aquí pasó (que algunos llevan a gala).
Menos mal que contamos con personas como tú, Olga. Contigo y todo lo que nos cuentas y nos cantas, nunca perderemos la esencia de lo que somos.
Te agradecemos muchísimo tu comentario.
Un abrazo enorme y sigue madrileñeando.