VIAJES CARCO Y LUCKY’S BAR.
El edificio donde se ubicaron los Grandes Almacenes Madrid-París, situado en la Gran Vía, número 32 (antigua avenida de Pi y Margall, 10) de Madrid, sería por primera vez remodelado de forma parcial en el año 1935 por Teodoro de Anasagasti Algán, el mismo arquitecto que lo había diseñado pocos años antes. Los soportales que habían recorrido su fachada, albergando los escaparates de aquellos espléndidos almacenes, fueron convertidos en locales comerciales; así se instalaron en esta aún nueva vía, la agencia de Viajes Carco y el Lucky’s Bar.
Fuente: memoriademadrid.es (1935). El edificio de los Grandes Almacenes Madrid-París, comenzaba su rehabilitación. |
Con marcado diseño racionalista el arquitecto Luis Blanco-Soler Pérez realizó el proyecto para la agencia española de turismo Viajes Carco, situada en el número 10 de la avenida de Pi y Margall. La empresa, con despacho en la calle del Barquillo, se trasladaría a la nueva dependencia en el mes de mayo de 1935.
La fachada de Viajes Carco estaba encuadrada en piedra de Colmenar y dividida en dos partes: la superior, donde se ubicaba la marca en letras mayúsculas de tipo Party At Gatsby’s, con un entramado de finos perfiles metálicos que sujetaban claros cristales termoaislantes, permitiendo así la iluminación natural. En la parte inferior se encontraban los escaparates y en su mitad la puerta de acceso al local. El diseño de esta fachada respondía al propósito de dar un sentido industrial al conjunto.
El espacio interior era bastante largo y desproporcionado, tenía forma irregular y dos niveles diferentes, debido a que la zona de su entrada se correspondía con la parte del soportal que había recorrido la fachada de los Almacenes Madrid-París, utilizada para los antiguos escaparates.
Fuente: memoriademadrid.es (1935). Hall de entrada y desnivel en el suelo del local. |
Los numerosos pilares de hormigón de su estructura fueron aprovechados como elementos decorativos. Mapas impresos y carteles publicitarios de lugares turísticos y de viajes completaban la sencilla ornamentación del establecimiento, además de los muebles de acero, las sillas de tubo para los empleados y los sofás tapizados para el público. En toda la planta se utilizó un pavimento de goma.
Fuente: memoriademadrid.es (1935). Mostradores, sofás y decoración de carteles publicitarios. Al fondo la puerta de acceso al local. |
El negocio de la agencia de Viajes Carco sería ocupado durante la Guerra Civil Española (1936-1939) por la Oficina de Propaganda del Frente Popular de Izquierdas de Madrid. Los sucesivos bombardeos originaron múltiples desperfectos en su fachada y el antiguo rótulo fue reemplazado por las siglas U.H.P. (Unión de Hermanos Proletarios), la estrella antifascista de tres puntas y la información sobre la sala de exposiciones en la que había sido convertido el local.
Fuente: memoriademadrid.es (1937) Fachada de Viajes Carco durante la exposición homenaje a la Columna Internacional, en el mes de abril. |
En el mes de febrero de 1937, la prensa informa sobre el concurso de carteles que se llevó a cabo en Madrid para rendir homenaje a los soldados de la Columna Internacional que participaban en la lucha contra el fascismo. Con el lema “El Frente Popular de Madrid al Frente Popular de Europa”, la estrella de tres puntas y el emblema madrileño del oso y el madroño, utilizando únicamente tres colores, las obras fueron expuestas en las antiguas dependencias de Viajes Carco.
Este negocio no volvió a abrir. Su gran local fue dividido y ocupado, a lo largo del tiempo, por diferentes comercios y cafeterías.
Fuente: pinterest.es (aprox. finales de la década de los años 70). |
La Sociedad Española de Productos Alimenticios, con una visión original de las cosas modernas, inauguró el domingo 5 de abril de 1936 el Lucky’s Bar, cuya entrada se ubicaba en la avenida de Pi y Margall, esquina con la calle de Mesonero Romanos.
El nuevo y atrayente local estaba distribuido entre la planta baja y el entresuelo, había sido diseñado por los arquitectos Pedro Muguruza Otaño y Enrique Huidobro, con decoración del pintor Antonio Chaves Martín.
Su gran puerta de acceso, situada en el chaflán, era de opalinas negras montadas sobre frentes metálicos. Varios rótulos, distribuidos por la fachada del local, informaban de los diferentes servicios que el Lucky’s ofrecía: restaurant, café, bar y club. Un gran cartel luminoso y sobresaliente, con la marca del negocio, fue instalado en el frente de la avenida de Pi y Margall ocupando el primer y el segundo piso del edificio.
Fuente: B.N.E. (1936). |
Todo era moderno y atrayente en el Lucky’s. Su planta baja se dividía entre un bar popular americano con mostrador de caoba y banquetas de tubo cromado, un restaurante automático dotado de aparatos de gran solidez e innovadores al no precisar chapas ni monedas especiales para su funcionamiento, ya que se podía conseguir la consumición introduciendo las de curso legal de cinco o diez céntimos. Había también otras secciones dedicadas al café, a los vinos, pastelería, fiambres, frutas y un asador de aves y carnes en una originalísima máquina que funcionaba con un movimiento de rotación del “fuego ígneo” a la que se habían unido dos chuleteras con seis parrillas verticales que no producían humos.
Fuente: ABC (1936). Aspecto de uno de los salones interiores. |
En el entresuelo del local se ubicaba el Lucky’s Club, un lugar más selecto y abierto unos meses antes que el bar. Dotado de una nutrida biblioteca, ofrecía servicios de mecanografía, escritorio, peluquería y teléfono. Suntuosamente decorado tenía espacios separados por biombos tapizados, de madera de roble, y cómodas butacas. También en esta planta se hallaba una gran sala de fiestas lujosamente ornamentada con escayolas del decorador y escultor Julio Lencero Sánchez. Varios pianos de la marca J. Hazen esperaban a que la orquesta amenizara los concursos, las fiestas y las exposiciones que allí deberían haberse celebrado. Pero la Guerra Civil Española (1936-1939) comenzaría menos de tres meses después de la inauguración del Lucky’s y la Gran Vía pasaría a ser conocida como la avenida del Quince y medio por los miles de obuses de ese calibre que en sus edificios, su calzada y sobre todo sobre las personas que por ella transitaban cayeron durante tres años, sin descanso.
Fuentes:
Hemeroteca de la B.N.E.
Hemeroteca del ABC.
Memoriademadrid.es
Pares.mcu.es
Es.fonts2u.com
Es.wikipedia.org
Interesantísimo artículo, enhorabuena. Publicamos un artículo en la revista Frente de Madrid sobre la Gran Vía en la guerra, una lástima que no lo publicaras antes, de haber conocido toda esta jugosa información la habríamos incluido. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Florentino. Si alguna vez necesitáis algo de los antiguos cafés, no dudes en decírmelo.
ResponderEliminarSaludos y ¡Salud!
Me ha encantado, gracias!!!
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, Patricia.
ResponderEliminarLlego a este blog gracias a un libro sobre Lorca de Ian Gibson. Este restaurante fue punto de encuentro entre el poeta granadino y unos intelectuales franceses, finalmente acudieron más de 200 personas, incluidas varios ministros. Y pensar que ahora eso es el Primark!
ResponderEliminarFederico García Lorca y toda la Generación del 27 visitaron también, en numerosas ocasiones, un pequeño restaurante-taberna situado en la calle de la Luna llamado entonces "Casa Pascual", cuya historia puedes leer aquí:
ResponderEliminarhttp://antiguoscafesdemadrid.blogspot.com/2015/04/casa-pascual-calle-de-la-luna-16.html