DE LA TRINIDAD AL MEM.
Nunca pudo imaginar Felipe II, mientras con su propia mano trazaba el boceto del Convento de la Trinidad para la calle de Atocha, que con el tiempo y sobre esos mismos terrenos vendría a instalarse el MEM.
Fuente: Lib.es (2000-2001) |
El proyecto del Convento de la Trinidad comenzó a pergeñarse en el año 1547 y fue encargado al arquitecto Gaspar Ordoñez. Con fachada principal en la calle de Atocha sus instalaciones ocupaban parte de la de Relatores y llegaban, por un estrecho callejón transitable, hasta lo que hoy es la plaza de Tirso de Molina.
Tras la Desamortización de Mendizábal (1835-1836) el enorme Convento de la Trinidad y su iglesia fueron remodelados para acoger a lo largo del tiempo: las funciones de teatro de la Sociedad del Instituto Español, el Museo Nacional de Pintura, el Ministerio de Comercio, Industria y Obras Públicas, más tarde el de Fomento y su biblioteca, dotada con una inmensidad de volúmenes que después pasarían a la Biblioteca Nacional de España. Durante los años finales del siglo XIX este gran complejo de edificios fue ocupado por la comandancia del Norte de la Guardia Civil, que allí se mantuvo hasta la demolición completa de la construcción en el año 1900.
El gran terreno en que se ubicaba el exconvento de la Trinidad fue parcelado y dio origen a una moderna vía llamada Nueva de la Trinidad, que desde el año 1926 se renombró como calle del Doctor Cortezo.
Flamantes edificios, en su mayoría con establecimientos dedicados al ocio, se instalaron con rapidez en la nueva calle. El primero de ellos, llamado Versalles e inaugurado en el mes de julio de 1915, era un lindo teatro de verano al aire libre, que apenas superó el año de vida. Poco después, en 1916, un nuevo cinematógrafo con el nombre de Cine Ideal se levantaría en esta vía, donde continúa en la actualidad.
Fuente: Fotografía de la izquierda madrilanea.com (1916). Fotografía de la derecha M.R.Giménez (2016) El Cine Ideal en el año de su inauguración y en la actualidad. |
En el año 1917 abrió sus puertas el Teatro Odeón, que permutaría su nombre por el de Teatro del Centro un año después de su construcción y desde octubre de 1927, hasta la fecha, pasaría a ser conocido como Teatro Calderón.
Fuente: Fotografía de la izquierda B.N.E (1917). Fotografía de la derecha Vicente Valdés (2015). El Teatro Calderón de 1917, cuando se llamaba Odeón. Entrada del Teatro Calderón, en la actualidad. |
El Frontón Madrid, inaugurado en el año 1929 y cerrado en 1982 fue propiedad de Ildefonso Anabitarte, que también explotaba el Frontón Moderno (1918) situado en la misma calle Nueva de la Trinidad.
Al inaugurarse el Frontón Madrid el antiguo Frontón Moderno sería derruido para construir en su lugar el Teatro Fígaro (1931).
Fuente: Fotografía de la izquierda B.N.E. (1931). Fotografía de la derecha M.R.Giménez (2017). Fachada del Teatro Fígaro en su inauguración y en la actualidad. |
Sería el número 2 de la calle del Doctor Cortezo y junto a la capilla y comedor del Ave María o único edificio que perdura, aunque muy modificado, de lo que fue el Convento de la Trinidad, el lugar donde vendría a instalarse en el año 2000 el MEM.
Fuente: Fotografía de Santiago Ochoa (2000-2001). Fachada del MEM de la calle del Doctor Cortezo, nº 2. |
Bajo una visión artística del erotismo y huyendo de la pornografía Silvia Villanueva (directora) y Eusebio Bonilla, contando con la decoración de Txuspo Poyo, inauguraron este Museo el día 26 de octubre de 2000. Los ochocientos metros cuadrados de su local, distribuidos en dos plantas, se dividieron en cinco salas que explicaban la historia de todos los placeres sexuales a lo largo del tiempo.
Fuente: Lib.es Reproducciones de piezas exhibidas en la sala de Historia. |
Reproducciones de la Grecia antigua, Roma, Pompeya, piezas indígenas precolombinas, grabados y dibujos de los siglos XVIII, XIX y XX ilustraban sobre las artes amatorias representadas por diferentes civilizaciones en los distintos continentes, explicando cada una de ellas en su contexto histórico.
Fuente: Lib.es Fotografías de la exposición. |
Tras la parte dedicada a la historia se llegaba a la sala de las parafilias o perversiones, un espacio frío donde impera el azulejo y el acero para que las mentes más retorcidas sueñen con los tormentos más crueles. En ella se mostraban todos los objetos propios del fetichismo (anillas, argollas, cuero, látex, camas eróticas apoyadas sobre el suelo o suspendidas del techo, botas, máscaras, cadenas, cinturones de castidad). El precio de la entrada al museo era de 1.000 pesetas y daba la posibilidad de manipular muchas de las piezas allí expuestas.
Una sala de proyecciones, otra dedicada al autoerotismo y una zona de multimedia con páginas web sobre las distintas manifestaciones, inclinaciones y formas de practicar relaciones en diferentes culturas, completaban la colección permanente del museo que también funcionaba como sala de exposiciones, en la que diversos artistas exhibían obras de pintura, escultura, fotografía o videoarte, sobre temas relacionados con el contexto.
El MEM no tuvo tanto éxito como se esperaba. Quizá una escasa promoción o una gestión mal llevada, a la hora de aclarar que aquel espacio no era un sexshop sino un museo de arte, dieron al traste con el primer y único centro de estas características que, hasta la fecha, se ha ubicado en Madrid. Dos años después de su apertura el MEM cerró sus puertas.
Fuentes:
Cinesdemadrid.blogspot.com.es
coam.org
dolcecity.com
flickr.com/photos/nicolas1056
flickr.com/photos/santiochoa
es.wikipedia.org
“Guía
de Madrid, manual del madrileño y del forastero” Ángel Fernández de los Ríos.
Hemeroteca
ABC.
Hemeroteca
Biblioteca Nacional de España.
“Las
calles de Madrid” Pedro de Répide.
Lib.es
Madridlanea.com
Vicente
Valdés Santamaría.
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