EL PARQUE DE EL CAPRICHO
Más de cincuenta años tardó en construirse este magnífico Parque de El Capricho de la Alameda de Osuna situado en Madrid. Su historia ha pasado por diversas fases, que van desde la grandeza al olvido, pero hoy ahí continúa.
¿Por qué el nombre de El Capricho? ¿Quiénes fueron los arquitectos y artistas que intervinieron en su construcción? ¿Cuál es la historia de fray Arsenio, ermitaño que allí vivió y falleció? ¿Qué fantasías nos ofrece? A todas estas preguntas y a muchas más se da respuesta en este estupendo vídeo que hoy presenta Antiguos Cafés de Madrid.
¿Por qué el nombre de El Capricho? ¿Quiénes fueron los arquitectos y artistas que intervinieron en su construcción? ¿Cuál es la historia de fray Arsenio, ermitaño que allí vivió y falleció? ¿Qué fantasías nos ofrece? A todas estas preguntas y a muchas más se da respuesta en este estupendo vídeo que hoy presenta Antiguos Cafés de Madrid.
Esta finca de recreo inició su construcción en el siglo XVIII. Los duques de Osuna compraron una propiedad llamada Jardín bajo de la Fuente de las Ranas y en ella comenzarían la edificación de tan precioso lugar. La duquesa Josefa Alonsa de la Soledad Pimentel, mecenas de artistas como el pintor Francisco de Goya, fue quien le puso el nombre de El Capricho.
Un jardín de diversos estilos: francés, inglés e italiano o más antiguo, contiene parterres y un singular laberinto, además de espléndidos árboles. Todo gira alrededor de su palacio neoclásico y otras construcciones como el casino de baile o el abejero, además de una multitud de caprichos o pequeñas edificaciones concebidas para admirar en el paseo.
Canales navegables con barcas, pequeñas isletas, estanques, fuentes... el agua no podía faltar en una finca que no sólo estaba pensada para el ocio, sino también para producir alimentos. Así, diversos árboles frutales, huertos y la elaboración de miel en el espléndido edificio del abejero proporcionaban una utilización de esta quinta que llegaba mucho más allá del simple descanso.
Familia de ilustrados, los duques de Osuna instalaron en El Capricho novedades tecnológicas, como el primer puente de hierro del país o la moderna maquinaria pensada para poner en marcha el agua de las rías navegables.
Canales navegables con barcas, pequeñas isletas, estanques, fuentes... el agua no podía faltar en una finca que no sólo estaba pensada para el ocio, sino también para producir alimentos. Así, diversos árboles frutales, huertos y la elaboración de miel en el espléndido edificio del abejero proporcionaban una utilización de esta quinta que llegaba mucho más allá del simple descanso.
Familia de ilustrados, los duques de Osuna instalaron en El Capricho novedades tecnológicas, como el primer puente de hierro del país o la moderna maquinaria pensada para poner en marcha el agua de las rías navegables.
Actualmente están restaurando algunas de sus esculturas.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Concha.
ResponderEliminarUn saludo.