LA FONTANA DE ORO Y CASIMIR MONIER.

Entre los siglos XVII y XVIII la carrera de San Jerónimo de Madrid se vio edificada por numerosas casas propias de la grandeza. En la conocida por el nombre de Casa del Príncipe de las Torres vino a instalarse, en los años mediados del siglo XVIII, el muy conocido y novelado establecimiento de La Fontana de Oro.


Fuente: bvpb.mcu.es Plano de Madrid de Pedro Texeira (1656), en el que aparece señalada la Casa del Príncipe de las Torres, donde estuvo La Fontana de Oro.

Es muy posible que este negocio de La Fontana de Oro, situado en la esquina de la carrera de San Jerónimo con la calle de la Victoria, comenzara siendo una botillería en la que se vendían vinos y confites. El establecimiento iría ampliándose por el auge de tan concurrida calle y llegaría a convertirse en fonda y café.

Es sabido que hasta el año 1760 era una posada de caballeros y pertenecía a José Cirilo, quien la traspasó al hostelero veneciano José Barbarán cuando ya era conocida con el nombre de La Fontana de Oro. Más adelante, en la década de los años veinte del siglo XIX, otro afamado hostelero llamado Juan Antonio Grippini (dueño de la Fonda de San Sebastián) se haría con el establecimiento.

La Fontana era pues uno de los muchos negocios instalados en el gran caserón del Príncipe de las Torres, pero también se convirtió en el más conocido de la calle, sirviendo para ubicar a otras tiendas cercanas (junto a, enfrente de, a espaldas de). Su fonda y comedor eran de lo mejor en aquel Madrid del siglo XVIII, allí acudían tanto los tratantes de ganado para cerrar sus negocios como los jóvenes escribientes que buscaban trabajo.

En su planta baja se había instalado una tienda que vendía toda clase de bebidas frías, té, café y repostería. Con el tiempo, y poco antes de comenzar el siglo XIX, se convertiría en el famoso Café de La Fontana de Oro.

Fotografía: M.R.Giménez (2018). Esquina de la carrera de San Jerónimo con la calle de la Victoria, en la actualidad. Allí estuvo el Café de La Fontana de Oro.





Según la descripción que realiza Benito Pérez Galdós en su novela escrita en el año 1868, con el nombre tomado de este popular café, La Fontana tenía dos recintos: en el primero se tomaban las consumiciones y en el segundo se discutía acaloradamente sobre política.

El local, estrecho e irregular en sus proporciones, no era demasiado grande. Sus bajos techos estaban sujetos por gruesas vigas de madera y, al hacerse café, fue decorado de forma lamentable. Las voluminosas columnas fueron pintadas en blanco y jaspeadas en rosa y verde, a modo de imitación del jade. También se les incorporaron grotescos capiteles con volutas pintados en color amarillo.

A lo largo del salón principal se colocó una cenefa de papel pintado con dibujos repetidos del cráneo de un macho cabrío, de cuyos cuernos se descolgaban cintas de flores que se remataban por enredados manojos de frutas. Los techos fueron decorados con pinturas al fresco por algún desatinado artista.

Cerca de la entrada al café se dispusieron espejos protegidos por una fina tela en color verde, con el fin de evitar el uso de los derechos de domicilio que allí pretendían tener todas las moscas de la calle. A los lados de cada espejo se instalaron unos quinqués de luz mortecina, que despedían demasiado humo y un olor pestilente.

El mobiliario de La Fontana de Oro consistía en mesas de madera pintadas en color oscuro y cuya superficie, queriendo semejar el mármol, se había coloreado en blanco. Pequeños bancos dotados de cojines desvencijados, servían de incómodo asiento a los parroquianos del café.

Un ancho mostrador, colocado sobre un escalón en el que se situaba el responsable del negocio para atender los pedidos de la clientela, se remataba con destartalados anaqueles que contenían las botellas de bebidas, los bollos, las libras de chocolate y algunas frutas.

La época gloriosa e histórica del Café de La Fontana de Oro se situó entre los años 1820 y 1823, período conocido como el Trienio Liberal y en el que Fernando VII fue obligado a jurar la Constitución de 1812. Liberales y ultraconservadores disputaban en las reuniones del café subidos a las mesas, hasta que se dispuso una tribuna para los oradores. Entre los más elocuentes destacó el liberal Antonio Alcalá Galiano, que ocuparía diversos cargos políticos con posterioridad.

Fuente: hemerotecadigital.bne.es. Discusiones políticas en un café del siglo XIX.


También el café de La Fontana era muy conocido por sus bailes de máscaras, allá por la década de los años treinta del siglo XIX. Junto a él, en el mismo edificio, vino a instalarse en 1836 un almacén de ropas teatrales conocido como “El de Rivera” con trajes de majas, aldeanos, egipcios y muchos más, en el que se podían alquilar los disfraces para aquellos bailes.

Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1836). Anuncio del almacén de Rivera, con disfraces para alquilar.

En el año 1841 Casimir Monier, librero y dueño de un famoso gabinete de lectura en la calle de la Montera, además de propietario de una casa de baños portátiles, se instalaría en el negocio de La Fontana de Oro, que terminó adquiriendo con posterioridad. Allí continuó con su afamada librería, conocida por el nombre de Casa de Monier, pero no fue el caso de la fonda a la que todo Madrid seguiría llamando como siempre. Por entonces el Café de La Fontana de Oro había desaparecido.

Fotografía: M.R.Giménez (2018). Placa que recuerda la Casa Monier, en la carrera de San Jerónimo.

Viajeros, turistas, mariscales o escritores como el creador de la novela “Los tres mosqueteros”, Alejandro Dumas, pasaron por la fonda de La Fontana de Oro cuando ya era propiedad del librero Monier

En el mes de marzo de 1856 la vieja casa de la carrera de San Jerónimo se vino abajo. Los negocios allí emplazados tuvieron que hacer almoneda apresuradamente de sus mercancías. Tan sólo un año después del derrumbe se edificó un nuevo edificio de viviendas, del arquitecto Jerónimo de la Gándara, que hoy podemos contemplar y que tiene su acceso principal por la calle de la Victoria, número 1.

Mientras, las deudas el librero Monier iban en aumento y sus negocios entrarían en concurso de acreedores. En el año 1858, lo que aún quedaba de sus libros y efectos personales, se vendían en almoneda. El empresario fallecería tres años después.





Fuentes:

bvpb.mcu.es
El antiguo Madrid: paseos históricos-anecdóticos por las calles y casas de esta villa” Ramón de Mesonero Romanos.
Establecimiento de la Fontana de Oro” Ángel González Palencia.
hemerotecadigital.bne.es
Historia y Anécdotas de las Fondas Madrileñas” Peter Besas.
La Fontana de Oro” Benito Pérez Galdós.

Comentarios

  1. Muy interesante entrada en el blog. Gracias.
    Durante por lo menos dos siglos este local pasó, de la mano de muchos dueños, de ser simple posada a café, luego a café con tribuna de duros debates políticos y finalmente a famosa librería, acabando todo en la ruina.
    Al leer la placa que mencionaba la presencia de Dumas en la casa Monier, yo no entendía su sentido. Luego buscando, me enteré de que el ministro de Negocios Extranjeros francés (hoy diríamos de Asuntos Exteriores), señor Salvandy, que era amigo de Dumas, le pidió que asistiera a la boda de la infanta Luisa Fernanda con Antonio de Orleáns como cronista oficial de dicha boda.
    Saludos
    Anne

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  2. Gracias por tu comentario, Iris.
    Sin duda el negocio de Casimir Monier (hombre que, según muchos comentarios encontrados en la prensa, no gozaba de simpatía en el gremio librero), terminó en la ruina también, y sobre todo, como consecuencia del derrumbe de la casa en la que se ubicaba su fonda y librería. Otros comercios del mismo edificio tuvieron que hacer almoneda o trasladarse a lugares cercanos, con el fin de seguir manteniéndose en activo.
    Saludos afectuosos.

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  3. El reverendo Edward Clarke en su "Letters concerning the Spanish Nation Written at Madrid during the Years 1760 and 1761" dice que la única posada pasable en Madrid era la de La Fontana de Oro aunque hace una peculiar transcripción del nombre, "there being only one tolerable inn, the Fox Tana D'Or".

    "LA CARRERA DE SAN GERÓNIMO DE 1820 a 1830.
    ... Aún recordamos que el café elegido para esto, que el salón donde tenían lugar aquellos remedos de una sesión de diputados, no estaba al piso de la calle. Pasada la puerta principal habia que subir unos seis ó siete escalones para entrar en el café. En estos salones hubo años después en vez de café un depósito de libros. Hoy no existe ni Fontana ni librería, ni otra cosa parecida"
    EL PERIODICO PARA TODOS 25/01/1874

    El Café de la Fontana de Oro desapareció en 1840. En febrero aparece el último anuncio de un baile:
    "BAILE DE MASCARAS EN EL SALON DE LA FONTANA DE ORO.
    Hoy miercoles 12 a las once de la noche. Los billetes se despachan en el mismo local á 8 rs.
    DIARIO DE MADRID 12/02/1840

    y en mayo ya se anunciaba el "gabinete de lectura" de Monier en la casa titulada Fontana de Oro.

    Entre la una y las dos de la madrugada del 12 de marzo de 1856 se derrumbó el edificio de La Fontana de Oro. El hundimiento fue en la parte que daba a la calle Victoria quedando en pie la fachada que miraba a la Carrera de San Jerónimo. Afortunadamente no hubo desgracias personales. Un periódico de Madrid publicó:
    "RUINAS Y ESCOMBROS.—Estamos deseando que ocurran en Madrid algunos hundimientos mas, para que el Ayuntamiento y sus arquitectos den señales de vida y hagan derribar tanta jaula apolillada como ahora afea las mejores calles. A consecuencia del hundimiento de la Fontana, el fondista Lhardy ha tenido que echar á correr, porque su casa amenaza ruina. Es probable que al derribarla haga una genuflexión su amiga la inmediata, que á su vez habrá de derribarse por desquiciada, fea y envejecida. El bello ideal del vecindario seria que se propagaran los hundimientos hasta las Cuatro Calles [actual Plaza de Canalejas], para ver renovada una de las peores manzanas, aunque de las mejor situadas en la corte"
    EL CLAMOR PUBLICO 12/04/1856

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  4. Osoyoga, muchas gracias por ampliar nuestra información.

    Te invitamos a visitar y suscribirte a nuestro canal de vídeos sobre la historia de Madrid en: http://www.youtube.com/antiguoscafesdemadrid

    Un saludo,

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