CAFÉ ORIENTAL y "TIRAR DE LA OREJA A JORGE".
Mucho
se ha citado al Café
Oriental de
la Puerta del Sol, número 11, en prensa y en libros de autores como
Pío Baroja o Benito Pérez Galdós. Su espléndida ubicación,
haciendo esquina con las madrileñas calles de Preciados y de Tetuán,
sirvió a los viandantes como referencia para indicar otras
direcciones. La acera de su fachada fue mentidero de la Villa y lugar
de reunión para grupos políticos de todas las ideologías, pero
también se convirtió en un lugar excepcional para ver la dorada
bola del “reloj de Gobernación” (hoy Comunidad de Madrid), que
hasta bien entrado el siglo XX bajaba y subía dos veces diarias para
señalar las doce horas.
Fuente: bdh-rd.bne.es (1862). Edificio de la Puerta del Sol con el Café Oriental en la esquina con la calle de Preciados. |
Sería
el domingo 20 de octubre de 1861 cuando, en la recientemente
inaugurada Puerta del Sol, abrió sus puertas el
Café Nuevo Oriental,
con un salón capaz de recibir a mil cuatrocientas personas y
decorado con un lujo
exquisito en
colores blanco y dorado.
De
altos techos, elegantes columnas de hierro, espacioso, bien iluminado
por elegantísimos aparatos de gas y un salón de billar en su
entresuelo, el local tenía acceso a través de varias puertas.
Es
de suponer que, entre la suntuosa decoración, el Oriental
también
había pensado en los aseos. No sabemos nada sobre el tema, pero sí
que, en su misma puerta, sería instalada una columna
mingitoria
para uso exclusivamente masculino, allá por el año 1863. El centro
de Madrid se hallaba entonces plagado de estos pequeños urinarios,
situados en las zonas más transitadas (Red de San Luis, Puerta del
Sol, calle de Alcalá), que eran además utilizados por limpiabotas o
vendedores de pequeños artículos para ubicar sus negocios. Estos
recintos no disponían de un hilo
de agua que constantemente los lavara,
siendo insuficiente su limpieza e insoportable el hedor que
desprendían.
Fuente: bdh-rd.bne.es (1863). Señalada por la flecha aparece, en este recorte de fotografía, la columna mingitoria situada frente al Café Oriental. |
El
Café Oriental era
famoso por las meriendas familiares, las tertulias de todo tipo en
las que de todo se hablaba y por sus ricos panecillos
largos y tiernos. En
su gran salón de billar, situado en el entresuelo, fue apresado un
grupo de aficionados a tirar
de la oreja a Jorge,
en el año 1889.
El juego de azar, que dependía de la suerte,
estuvo prohibido en el país a lo largo de casi todo el siglo XIX y
gran parte del XX. Su ejecución era considerada como un delito, lo
que no impedía la proliferación de timbas clandestinas en los
rincones de muchos establecimientos, entre ellos en los cafés. (El
eufemismo “tirar
de la oreja” parece
provenir del siglo XVI,
aunque
con mucha posterioridad se le añadió el nombre de Jorge,
quedando así la expresión utilizada en la prensa del siglo XIX para
designar la acción de apostar por parte de los jugadores).
En el
mes de noviembre de 1894 el nuevo propietario del Café
Oriental,
Francisco Amigó González, sobrino del fundador, llevó a cabo una
fastuosa remodelación del local,
convirtiendo
este negocio en uno de los más imponentes de la Puerta del Sol y
aledaños.
Bajo
la dirección de la prestigiosa casa de Nicasio Pechuán e hijo, el
local fue transformado en una
sala espléndida de la Alhambra. Molduras
en los altos techos con profusión de dorados que crearon ambientes
distintos, paredes forradas con grandes espejos, nuevo y brillante
mobiliario en tonos oscuros, luz eléctrica y caloríferos.
El
nuevo diseño en madera para su fachada, de la casa Climent hermanos,
incorporó los anuncios de aquellos productos que en el local se
podían consumir.
Fuente: mcu.es (finales del siglo XIX). La fachada muestra la nueva decoración del Café Oriental en la Puerta del Sol y en lateral de la calle de Preciados. |
Se
podría decir que por el Oriental
pasó
de todo y todos pasaron. Era un gran centro de reunión donde ver y
dejarse ver, pero la respetable tranquilidad de su clientela no
estaba exenta, en ocasiones, de algún lance pendenciero,
sustracciones al descuido, petardos reivindicativos o de algún pollo
pera dispuesto
a entrar con su caballo con el fin de pasear entre los veladores.
Fuente: bibliotecavirtualmadrid.org (1905). La calle de Preciados y a la derecha el rotulo del Gran Café Oriental. |
Benito
Miranda sería el nuevo propietario del Gran
Café Oriental
en el año 1916. Un año más tarde, ante la subida de los precios de
todos los artículos, la “Asociación de los dueños de cafés”
había acordado incrementar el precio de los bollos y las medias
tostadas a 0,15 céntimos (de peseta), pero por el incumplimiento de
tal pacto por parte de otros propietarios del mismo gremio, el
Oriental
optó por regalar estas consumiciones a los primeros ciento cincuenta
clientes, y hasta las 10h. de la mañana, que las solicitaran.
Los
conciertos también fueron muy populares en el Café
Oriental
durante esta segunda década del siglo XX. El muy afamado y reputado
violinista Fermín F. Ortiz acompañado por el maestro Espinosa,
fueron muy
del agrado de los inteligentes que premiaron
con
sus aplausos la inspirada labor de dichos señores.
En
el año 1925 se solicitaría una licencia de obras para el Café
Oriental.
Parece que se trató de dar un aire nuevo al local, despojándolo de
su vieja fachada de madera oscura y, tal vez, de todos los
artesonados que adornaban el interior. De esta manera, su exterior se
cubrió con claras losas de mármol y se instalaron ventanas con
grandes lunas de cristal, que lo despojaron de la elegancia de
tiempos pasados.
Fuente: madrid.org Fotografía de Martín Santos Yubero (años 30 del siglo XX). El café Oriental, con el diseño de 1925, durante la Guerra Civil Española. |
El
Oriental
fue
uno de los cafés socializados durante la Guerra Civil Española
(1936-1939), manteniendo su actividad. Tras la contienda, el café
desapareció y en su local fueron instalándose diversos comercios a
lo largo del tiempo.
Fuentes:
bdh-rd.bne.es
bibliotecavirtualmadrid.org
hemerotecadigital.bne.es
madrid.org
mcu.es
prensahistoria.mcu.es
Fotografías, textos, historia, dignos de un blog como este. Váis subiendo el caché. Abrazo inmenso.
ResponderEliminarRosa, muchísimas gracias por tu comentario. Nos da energía para continuar nuestro trabajo, que mucho nos gusta, sabiendo que es tan interesante para gente como tú.
ResponderEliminarUn saludo muy afectuoso.
Por favor, podría indicarme cómo citar esta información en un trabajo de investigación. Gracias
ResponderEliminarGracias por preguntarnos.
EliminarLa referencia debe ser:
Blog "Antiguos Cafés de Madrid y otras cosas de la Villa" de M.R.Giménez.
Un saludo.