ROMERÍA DE LA CARA DE DIOS

En la antigua plazuela de los Afligidos, que desde 1895 lleva el nombre de Cristino Martos, hubo una ermita que proporcionó a Madrid la romería más famosa y bullanguera del siglo XIX, olvidada hoy.

Dentro de la pequeña capilla llamada del Príncipe Pío, de la Concepción o de la Cara de Dios se veneraba una imagen de la Santa Faz, pieza hoy conservada en la iglesia de San Marcos de Madrid.

 

Fotografía: M.R.Giménez (2014). La Cara de Dios.
  

Esta historia comenzó en el año 1657 cuando Leonor de Moura, marquesa de Castel-Rodrigo, mandó erigir una capilla junto a los terrenos de la denominada montaña del Príncipe Pío. Allí se depositó la reverenciada imagen medieval de la Cara de Dios estampada en el lienzo de la Verónica, que sería objeto de culto para los madrileños y daría su nombre popular a esta ermita.

El antiguo edificio tenía su entrada por la plazuela de los Afligidos, contaba con tres altares dotados de tallas y numerosas reliquias, incluido el cuerpo incorrupto de San Vidal, destacando entre dos columnas de su frente una Inmaculada Concepción pintada por Lucas Jordán.

 

Fuente: memoriademadrid.es Plano de Madrid de Antonio Espinosa de los Monteros (1769). El círculo señala la antigua plazuela de los Afligidos y la vieja ermita.

La Santa Faz o Cara de Dios parece que se exponía a los creyentes, una vez que la capilla fue abierta al público sobre el año 1700, únicamente durante tres días de la Semana Santa, siendo el viernes el de su más importante exhibición.

Muchos eran los madrileños que se acercaban a la capilla, desde tempranas horas, para ver su más famoso objeto de veneración. Así la zona comenzó a llenarse de puestos callejeros cuyos comerciantes, al grito de ¡A cuarto y a dos, caritas de Dios!, vendían estampas enmarcadas en plomo representando la imagen religiosa. A ellos se irían uniendo diversos tenderetes que ofertaban churros y bizcochos con chocolate o café, vino y otras bebidas espirituosas. De esta forma vino a implantarse la Romería de la Cara de Dios, cuya concurrencia hacía imposible el paso desde la calle de Leganitos hasta el portillo de San Bernardino (hoy calle de la Princesa, poco antes de Alberto Aguilera).

 

Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1912)

A finales del siglo XIX las mujeres, ataviadas con vistosos mantones, se dejaban ver o acompañaban a los hombres vestidos con chaquetillas cortas, pantalones de campana, chalecos abiertos, fajas de seda y sobreros de ala estrecha y recta. Entre la multitud también uniformes con casacas, altos morriones y sable colgando de sus correas.

Muchas serían las quejas por parte de la jerarquía eclesiástica, los ocupantes del cercano Palacio de Liria, las personas de bien y los más mojigatos ante la fiesta montada por esta romería cada Viernes Santo. El desparpajo y la diversión en un día de recogimiento originaron que los puestos de bebidas fueran suprimidos en los años sesenta del siglo XIX, con el fin de evitar males mayores, pudiendo seguir consumiendo en los establecimientos del ramo abiertos en el barrio.

La vieja ermita del siglo XVII cerraría sus puertas en el año 1890 para ser demolida, sustituyéndola por otra que, proyectada en estilo neomudéjar por el arquitecto Lorenzo Álvarez Capra, vino a inaugurarse el día 15 de junio de 1891. La nueva capilla constaba de dos alturas y un pequeño edificio aledaño, con entrada principal por la calle de la Princesa. 

 

Fotografía: J. Lacoste- madrid.org- finales del s.XIX. Calle de la Princesa y fachada de la capilla de la Cara de Dios, a la derecha. Hoy correspondería al edificio nº 12 de la c/ de la Princesa.

El inicio de las obras no impidió que la romería, ya convertida en verbena, continuara con los puestos que vendían recuerdos y condumios hasta el año 1917, cuando la autoridad competente llegaría a multar la circulación en coche por la calle de la Princesa a los que lleven aspecto de romeros (por los mantones de Manila, figuras grotescas, botas de vino y demás indicios) a no ser que los presuntos infractores estuvieran en posesión de un permiso especial. La nueva capilla se mantendría cerrada hasta el Domingo de Gloria.

Así terminaría la historia de la primera verbena del año en Madrid, que en el año 1933 sería sustituida por la verbena de la Moncloa, de la Princesa o de San Fernando, ubicándola frente a la Cárcel Modelo y cambiando su fecha para el día 30 de mayo.

Tras la construcción del actual Cuartel General del Ejército del Aire (Moncloa) y de los edificios que lo circundan, después de la Guerra Civil Española, esta verbena dejó de celebrarse.

En el año 1947 las obras llevadas a cabo en la calle de la Princesa, con el fin de acomodar las rasantes y alineaciones con la Gran Vía que estaba a punto de terminar de construir su tercer y último tramo, modificarían la estructura de la capilla de la Cara de Dios. Perdió el acceso y la cancela de hierro que delimitaba su entrada principal, quedando su única puerta en la trasera calle del Duque de Liria.

 

Fotografía: Martín Santos Yubero -madrid.org- (1957). La fachada de la ermita de la Cara de Dios afectada por las obras de la calle de la Princesa.

La capilla de la Cara de Dios sería derribada en el año 1966 para edificar sobre su terreno un edificio de viviendas (hoy ubicado en el número 12 de la calle de la Princesa). 

 

Fotografías: izda. Martín Santos Yubero (1966) y dcha. M.R.Giménez (2022). Mismo emplazamiento de la c/ del Duque de Liria. En la primera fotografía se aprecia como la Cara de Dios estaba siendo demolida.

La romería de la Cara de Dios sirvió de marco para la zarzuela del mismo título, con libreto de Carlos Arniches y música de Ruperto Chapí, estrenada en el año 1899.

Ramón María del Valle-Inclán noveló una historia basada en el argumento de la obra de Arniches, también titulada “La Cara de Dios”.

 


Fuentes:

hemerotecadigital.bne.es

madrid.org

memoriademadrid.es

Recuerdos infantiles de Rosario González Truchado.






Comentarios

  1. Estuve hace unos meses en la iglesia de San Marcos y me pareció oscurísima. Me dio mucha pena. Al acercarme a ver el marco de la Santa Faz, de lejos pensé que era la foto de una muela. Cuál fue mi sorpresa al verlo!
    Cuántos edificios seguimos perdiendo en aras de feas construcciones que no sólo no dicen nada, sino que además afean los conjuntos alrededor de los que se construye.

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    1. La romería de la Cara de Dios fue siempre objeto de duras críticas, al convertirse en popular verbena y celebrarse en Viernes Santo. Sus detractores consiguieron eliminarla y la especulación hizo el resto con esta famosa capilla.
      Parece mentira que una celebración que congregó a tanta gente haya sido olvidada, así como esta reliquia medieval objeto de tanta historia.
      Te agradecemos mucho tu comentario, Carmina.

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