EL ÁRBOL DE NOEL Y OTRAS NAVIDADES EN MADRID

Parece que lo tradicional de las fiestas navideñas en Madrid no ha variado, en esencia, durante los últimos cien años años. Ricos manjares en cenas y comidas familiares continúan siendo el centro de atención. A pesar de todo, algunas cosas sí se han modificado en la manera de celebrar y ya casi nadie dice o escribe aquello de Felices Pascuas, a sus vecinos y conocidos.


Fotografía: Martín Santos Yubero (1965)
Uno que se iba a Alemania, vendía ramas de abeto en la plaza Mayor de Madrid.

El árbol de Navidad, con que se engalanan muchos de los hogares, no lleva entre nosotros toda la vida. Se popularizaría en la década de los años sesenta del siglo anterior.

Llamado por entonces árbol de Noel, fue una moda importada de Europa y desde finales del siglo XIX sólo se instalaba en palacios, salones elegantes o en los teatros madrileños de postín, adornándose con bolas de fino cristal pintado en colores brillantes.

Las dimensiones de un árbol no se acomodaban a los pequeños comedores de las casas populares por lo que, también debido a su coste, se solía adquirir una pequeña rama de abeto.


Fotografía: Martín Santos Yubero (1941)
Tabletas de turrón, duro y blando.

Hace más de cien años, la cena tradicional en la Nochebuena de Madrid consistía en: sopa de almendras, lombarda, ensalada de escarola y besugo, para terminar con turrones (cuya exigua variedad sólo distinguía entre el duro y el blando o de Jijona), barquillos y figuritas de mazapán.

En los hogares más desfavorecidos el bacalao frito y la jalea de frutas del tiempo, castañas y bellotas reemplazaban a los platos anteriormente citados.


Fotografía: Otto Wunderlich (1917-1919)
Esperando a los clientes en la plaza de Santa Cruz de Madrid.

En la comida del día de Navidad el pavo se convertiría en tradición, a imitación de otros países europeos, siendo sustituido por un arroz con menudillos en las mesas más menesterosas.

Manadas de pavos, gallinas y capones, acompañados de sus vendedores, campaban a sus anchas por la plaza Mayor o la de Santa Cruz de Madrid a la espera de que el cliente escogiera el ejemplar más conveniente, por su calidad y precio.

Una receta popular, de los años veinte del siglo pasado, proponía así la preparación del pavo:

Se mata el pavo, se despluma, se desocupa, se deja colgado un día, se aplana la pechuga y se componen las patas. Se pone en una cacerola con manteca, perejil , puerros, setas, ajos, todo muy picado y rehogado, sazonándolo con sal y pimienta. Luego se cubre la pechuga con lonjas delgadas de tocino y se le echa un vaso de vino blanco y una cazada de caldo. Así se deja cocer a fuego lento y se sirve cuando la salsa se haya quedado reducida y espesa. 


Fuente: inclusion.gob.es (1928)
Vendedora de cascajo y frutas en la plaza Mayor de Madrid.

Lombardas, escarolas, gallinas, perdices, capones, zorzales, besugos de Laredo (Cantabria) o anguilas de mazapán de Toledo eran transportados en carretas hasta la madrileña plaza Mayor y calles adyacentes para venderlos en los diversos puestos allí instalados, sobre todo el día de Nochebuena. Muy popular también en esas fechas era el despacho de camuesas (variedad de manzanas, hoy casi en peligro de extinción), peradas (conserva de peras ralladas), uvas de Lanjarón (Granada), las dulces azofaifas, el madroño, la naranja tangerina de Valencia y el cascajo (mezcla de frutos secos).


Fotografía: Martín Santos Yubero (1957)
Artesanos vendiendo juguetes en los puestos de la plaza de Tirso de Molina de Madrid.

Hace setenta años los puestos callejeros para la venta de juguetes se establecían en muchas vías de Madrid: Gran Vía, Atocha, plaza Mayor o de Tirso de Molina. Los artesanos instalaban sus mercancías en rudimentarios quioscos de madera, a la espera de los clientes que no podían permitirse comprar en los grandes almacenes situados junto a la madrileña Gran Vía.


Fotografía: Martín Santos Yubero (1931)


¡¡¡ Antiguos Cafés de Madrid os desea lo mejor en estas fiestas !!!

 Sed felices y disfrutad.


 



Comentarios

  1. ¿No hay una leyenda o historia -no se si apócrifa o real- que atribuye su introducción a la esposa rusa del muy alfonsino duque de Sesto y marqués de Alcañices?

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  2. Parece que el origen del árbol es nórdico, puede que también sea ruso...
    Lo que hemos tratado en el artículo es cuándo se popularizó en Madrid y la curiosidad de haberse conocido, en un principio, como árbol de Noel y que ya nadie lo llame así.
    ¡Felices Pascuas, Conde!

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